Cuantas veces han estado navegando en un sitio en busca de alguna información que necesitan y cuando la encuentran y se disponen a bajarla: ¡PUM! se enteran que su navegador se cuelga porque cuando dieron click en el enlace que los llevaría a la información deseada se encontraba en formato PDF y el Acrobat Reader se está iniciando en el navegador, además no podrán ver la información hasta que se descargue por completo (pensemos en un manual de 6 megas) Definitivamente esto se convierte en una experiencia web poco agradable.
Ahora tomemos el mismo ejemplo pero apliquémoslo a un "usuario normal" donde sus conocimientos sobre la web se limitan a revisar el Hotmail y a iniciar sesión en un programa de mensajeria instantanea. ¿Acaso no se convertiría esto en una experiencia traumática para él? Y no solamente será traumática sino que su buena experiencia en la web se verá reducida dramáticamente, casi al punto de que pierda el interés por completo en la información que estaba buscando, le quedaría la otra opción de esperar a que se descargue el archivo en su navegador, pero es seguro, no volverá a entrar a esa página otra vez.
Nosotros, como diseñadores, tenemos el deber de hacer que la experiencia de un usuario en nuestra página sea la mejor posible, aunque el cuento de la "buena experiencia web" suena al eslogan de nuestra desaparecida Macromedia, si nos ponemos a analizarla, tiene tanta validez que debería ser una regla:
Great experiences, build great businesses
"grandes experiencias, crean grandes negocios"Así que la próxima vez que tenga que colocar un archivo para descargar como por ejemplo un video, un manual o un archivo de audio, no se le olvide dar la información necesaria para que el usuario pueda decidir si bajar el archivo o pasarlo por alto.
Trate de no comprometer el contenido de su página con el archivo a descargar, porque a veces ocurre que colocamos una lista de precios o un formulario en un archivo con formato PDF pero, ¿Y si el usuario, por algún motivo, no pueda descargarlo o abrirlo? Debemos tener el cuidado de que este tipo de archivos (hablo de cualquier archivo multimedia en general) siempre sean una alternativa extra para el usuario (como cuando ofrecemos una versión imprimible) pero nunca que la información vital dependa únicamente de un archivo de este tipo.
Recuerden colocar el peso total del archivo, el formato, una estimación del tiempo de la descarga; además proporcionar todas las herramientas o información para que este archivo pueda ser visualizado por el usuario sin ningún inconveniente.
Siempre valore la posible complejidad de los procesos de la descarga, la descompresión, activación y hasta lectura o impresión del archivo. Pónganse en los zapatos del usuario, sean justos y háganle saber donde se van a meter.
Fuente: Cristalab
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