Sunday, October 07, 2007

Principios generales de usabilidad en el diseño de sitios Web

Escrito por Dulce Carolina Córdova Cruz
09-May-2006


Cualquier sistema, computacional o no, que ha sido creado para usuarios humanos, debe contemplar la manera como se interactuará con él, desde la facilidad con que será manejado, hasta su agilidad, aun sin haberse dado un contacto previo. Para esto debe existir una similitud entre el sistema y el mundo real, a través de palabras, conceptos, metáforas, etcétera, en un orden lógico y natural.

La norma ISO 9241 establece los requisitos ergonómicos para la realización de trabajos de oficina, con la utilización de pantallas de visualización de datos o guías de usabilidad. La usabilidad es el rango en el que un producto puede ser empleado por usuarios específicos para el logro de metas, con efectividad, eficiencia y satisfacción.

En el contexto de la Web, la usabilidad representa la unión de varios campos, tales como el diseño de interfaces de usuario, la interacción humano-ordenador (HCI, Human Computer Interaction) y el diseño gráfico de la interfaz de usuario (GUI), los cuales hacen posible la interacción con los objetos, el estudio de cómo los individuos reaccionan ante la interfaz de un ordenador, el proceso de cambios y los avances tecnológicos diseñados para que las personas tengan el control sobre sus computadoras personales.

Para diseñar correctamente un sitio, debe plantearse con claridad el objetivo de la publicación, además de responder preguntas, como: ¿por qué y para qué se elabora? y ¿a quién se hará llegar?, con la finalidad de conocer el tipo de público al que se dirige, así como determinar los pasos que éste tendría que seguir, además de resolver con anticipación los problemas a los que podría enfrentarse. ¿Cuáles son las mejores tecnologías para que la información permita el logro de las metas y la realización de un sitio de fácil aprendizaje, además de flexible, amistoso y funcional?

Otro aspecto importante es que la página sea visible, pues de nada sirve una publicación si no se puede acceder a ella. Esto depende de la calidad, el desempeño computacional de los enlaces, el peso, la velocidad del módem del que se pretende descargar y la compatibilidad con los navegadores de las diversas plataformas.

Como la gran mayoría de los visitantes a Internet accede a través de un buscador, es necesario manejar buenos contenidos, razón suficiente para que la redacción en la Web sea todo un arte. Asimismo, debido a que la lectura en pantalla es complicada, deben usarse palabras que para los usuarios sean comprensibles en la búsqueda de datos.

Los textos deben ser reducidos lo más posible mediante la simplificación de la información, con el propósito de que el orden de la lectura que regularmente se tiene en un libro o una publicación común, con inicio, desarrollo y conclusión, se invierta como si fuera una pirámide, en donde la conclusión o el resumen del documento se establezca como encabezado, para después agregar el desarrollo y, por último, el inicio. Por otra parte, deben colocarse elementos legibles y comprensibles, con coherencia para la navegación y la funcionalidad de todas las páginas.

Siendo la ideal, una aplicación funcionaría de manera óptima ante cualquier petición y evitaría que el usuario cometa errores, aunque es común que esto ocurra. Por ello es recomendable que las fallas sean destacadas y se haga una advertencia sobre la seriedad del asunto, además de proveer los mecanismos para resarcir un tropiezo. Así, los usuarios no deben ser subestimados y tampoco se les debe hacer sentir que están frente a procedimientos muy complejos. Mantenerlos informados sobre lo que sucede, les da una idea sobre dónde se encuentran, lo que les evita uno de los problemas más comunes en la Web: la desorientación.

Un aspecto también importante es la estética del sitio. Aunque es preferible que una página Web sea más rápida que bonita, puede lograrse un diseño elegante, simple y funcional. Para esto conviene eliminar las imágenes que no son indispensables y que sólo cumplen una función ornamental. Lejos de hacer eficaz a un sitio, éstas incrementan el tiempo de descarga y distraen al usuario, causándole pérdida de tiempo. A esto debe agregarse la eliminación de los fondos que dificultan la lectura.

La atención debe centrarse en el usuario, con la idea de que el trabajo que se realiza es para él. En este sentido, no debe perderse de vista la variedad del público al que se dirige la información de la Web. Es probable que haya personas con capacidades diferentes, es decir, con problemas visuales, auditivos, de cognición o motrices, por lo que es indispensable buscar la manera de apoyarlas en sus limitaciones o, en su caso, facilitar la realización de sus tareas. Un sitio también debe tener accesibilidad, tema que por su extensión se abordará en otro artículo.

Aunque el término “usabilidad” no tiene una definición expresa en el español, representa las técnicas que ayudan a realizar tareas en Internet en forma más sencilla, con calidad, rapidez y ubicuidad. Siempre que un usuario quiera localizar algo de su interés en un sitio determinado, debe contar con las facilidades para hacerlo y ver motivado su interés en la publicación consultada, para navegar en ella una y otra vez.

Los profesionales de la Web tienen la responsabilidad de prever y cubrir las necesidades de los usuarios. En ello radica la verdadera razón de su tarea: usar mucho sentido común para intentar sorprender cada día, tomando en cuenta la constante evolución y cediendo al usuario el control absoluto sobre un sitio, además de brindarle un entorno confiable para que vuelva periódicamente y haga de la página en cuestión un favorito. De lo que se trata es poner en práctica la seducción permanente.


Fuente: www.mati.unam.mx


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